Para satisfacer los requisitos de calidad exigidos por los clientes, Thielmann prefiere controlar dos veces las materias primas y su posterior procesamiento. La empresa trabaja en estrecha colaboración con los granjeros contratados de la región. La cadena de suministro empieza con las semillas: las clases suministradas se comprueban y analizan minuciosamente. Solo las materias primas libres de cargas contribuyen a obtener un producto final de la máxima calidad. Un almacén frigorífico con más de 12 000 ubicaciones para palés garantiza que la planta funcione siempre a plena capacidad, incluso en los meses en los que no hay cosecha.
Los métodos de producción siempre se tienen que adaptar a los tipos de fruta y verdura, o actualizarse en todo momento conforme a las últimas tecnologías. Las zanahorias no se procesan del mismo modo que los arándanos. El uso de nuevas tecnologías y el control informatizado de los procesos de producción garantizan una cuidadosa producción de valiosos productos a base de fruta y verdura.
«Desde que instalamos el VEGAPULS 64 no he vuelto a oír nada más de este punto de medición, lo que es una buena señal», sonríe Bernd Thielmann.
Las dos aplicaciones son muy distintas entre sí, sin embargo, demuestran el talento universal del VEGAPULS 64, tanto en depósitos pequeños (cubas) como en depósitos grandes (silos de almacenamiento), en entornos con temperaturas extremadamente altas o en depósitos con muchos elementos internos.