Medición precisa y eficaz en freidoras con 80 GHz

En esta planta ya se utiliza la tecnología de medición radar de VEGA para supervisar el proceso de cocción del maíz crudo en calderos, donde se ablanda, procesa y se le da la conocida forma triangular de los chips de tortilla. La fritura de los chips requiere precisión para conseguir la crujiente consistencia por la que son tan conocidos. Para ello se fríen en freidoras con aceite vegetal, en las que los chips de tortilla se introducen por un lado mediante una cinta transportadora, flotan a través del aceite caliente con corriente de recirculación y salen por otra cinta transportadora situada en el otro extremo. Posteriormente, pasan por un control de calidad, se sazonan y se empaquetan inmediatamente para conservar su frescura. La calidad de los chips se controla mediante una compleja combinación del tiempo de cocción, la temperatura, la recirculación y la cantidad de aceite. Al freír cada uno de los chips de tortilla solo se utiliza una pequeña cantidad de aceite. De modo que se debe regular el nivel y la temperatura, y controlar la carga de aceite de forma constante y minuciosa.

La freidora trabaja a una temperatura ideal de 186 °C y existe la posibilidad de que aparezcan adherencias de aceite y otras sustancias ajenas. La densidad y las propiedades dieléctricas del aceite cambian según la temperatura y las impurezas. Idealmente, la tecnología de medición de nivel debe funcionar sin partes móviles que puedan resultar dañadas por las impurezas y las adherencias. Además, debe poderse limpiar fácilmente. El nivel de aceite de la freidora se introduce en un complejo algoritmo PID (circuito de regulación), que mantiene constantes la cantidad y la temperatura del aceite. Una medición exacta es esencial: un exceso o una falta de aceite provocan oscilaciones de temperatura indeseadas.

Cuanto más precisos sean los valores de medición, mejor y más constante será el proceso. El rango de la medición de nivel es de 220 mm. La medición se realiza en un pequeño depósito de referencia situado junto a la freidora grande, donde cada milímetro representa 100 l de aceite. Es importante medir todo el rango tanto durante la carga de aceite y el proceso de calentamiento, como durante la producción. Para conseguir una eficiencia óptima y la máxima seguridad, la entrada de calor se regula permanentemente en la freidora.

Al principio, los ingenieros intentaron utilizar una medición de nivel mediante un sensor radar de onda guiada. Sin embargo, pronto descubrieron las limitaciones de funcionamiento físicas de este principio de medición al trabajar en depósitos pequeños con productos con unas bajas propiedades de reflexión, como los productos basados en aceite. Las propiedades de reflexión del aceite son muy bajas y con una longitud de sonda tan corta solo se puede obtener una medición precisa en la zona del medio. En su lugar se instaló un sensor capacitivo que tuvo más éxito, ya que detectaba el aceite en todo el rango de medición. Sin embargo, al calentar el aceite y freír los chips las propiedades dieléctricas del aceite cambiaban y había imprecisiones en la medición. Los técnicos de servicio de la planta querían una solución más precisa.

De modo que finalmente se instaló y puso en marcha el VEGAPULS 64. Este instrumento detectó el nivel del aceite con precisión milimétrica y los cambios en las propiedades dieléctricas no le afectaban en absoluto. Su inigualable focalización permitía incluso una medición precisa del nivel en todo el rango de medición del pequeño depósito de referencia y sin los fallos provocados por las adherencias laterales ni los cambios en las propiedades dieléctricas.
Gracias a la consistencia y al mejor control del VEGAPULS 64 se han podido optimizar aún más el consumo de energía y de aceite en la fábrica. Algo que no solo mejoró la calidad del producto, sino que también beneficia al medio ambiente. Ahora la empresa quiere instalar los sensores radar con la elevada frecuencia de señal de 80 GHz en todas las freidoras de la planta.